En término generales, se puede definir la entomología forense como el
estudio de los insectos y otros artrópodos relacionados a los cadáveres,
como herramientas forenses para datar decesos y en muchos casos
estimar causas y lugar del evento.
Existen por supuesto otras
definiciones, algunas restrictivas que reducen el campo al estudio de
insectos y ácaros, y otras extensivas que extiende su campo a aspectos
médico-legales, sanitarios y almacenamiento de alimentos.
Uno de los
objetivos fundamentales de la entomología forense es la estimación del
intervalo postmortem, o estimación de la fecha del deceso a partir de
datos entomológicos. Para esto se analizan dos aspectos básicos; por una
parte se observa la fauna adulta o pre-imaginal presente en el lugar
donde se encontró el cuerpo. Esta datación de la muerte se realiza
mediante estudios de sucesión de los artrópodos sobre el cadáver.
La
segunda manera de estimar el intervalo posmortem es mediante el análisis
del desarrollo de los estados larvales, prepupales y pupas,
correlacionándolo con tablas de desarrollo de la especie encontrada.
En
todos los casos, es fundamental conocer entre otras cosas el estado de
descomposición del cuerpo, las condiciones en que éste se hallaba y las
variables ambientales.
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